Linfoma canino

Linfoma: Síntomas, diagnóstico, tratamiento y costes

El linfoma es uno de los tipos de cáncer más comunes que se diagnostican en los perros. Se desarrolla a partir de células específicas del sistema inmunitario, llamadas linfocitos, que circulan por la sangre. Por esa razón, el linfoma se considera generalmente una enfermedad sistémica (en lugar de local) y debe tratarse con terapia sistémica.

El linfoma puede afectar a muchos órganos diferentes. En más de la mitad de los perros con este diagnóstico, el linfoma estará presente en sus ganglios linfáticos periféricos. Menos comúnmente, se producirá en la cavidad torácica, los intestinos, la piel u otros órganos.

Síntomas

Los síntomas varían dependiendo de qué órgano está afectado. Para la mayoría de los perros, el linfoma no es un cáncer doloroso. De hecho, muchos perros con linfoma son llevados a su veterinario porque el propietario siente bultos bajo la piel en la zona de los ganglios linfáticos (bajo la barbilla, delante de los hombros o detrás de las rodillas).

Algunos perros tendrán otros signos inespecíficos como disminución del apetito, vómitos o un nivel de actividad lento. Los perros con linfoma intestinal generalmente experimentan vómitos y/o diarrea y pérdida de peso.

El linfoma en la cavidad torácica puede causar tos o intolerancia al ejercicio, y el linfoma de la piel puede presentarse como nódulos únicos o múltiples. Algunos perros con linfoma tendrán un aumento de la sed y el aumento de la micción debido a un nivel elevado de calcio en la sangre.

Diagnóstico

En la mayoría de los perros, los ganglios linfáticos están agrandados, y el diagnóstico se puede hacer con una aspiración con aguja de esos ganglios. Este procedimiento se realiza mientras el paciente está despierto utilizando una aguja similar al tamaño utilizado para vacunas. En BluePearl, el servicio de oncología a menudo puede evaluar una muestra y determinar un diagnóstico en la cita inicial. En algunos casos, la muestra se enviará a un laboratorio para su confirmación o para la realización de pruebas especiales. En otros casos, debe obtenerse una biopsia del ganglio linfático.

La biopsia del ganglio linfático proporciona al oncólogo más información sobre el linfoma de ese paciente (tipo histológico y células T frente a células B), lo que a veces afecta al pronóstico. En muchos casos, esta información adicional no va a cambiar las opciones de tratamiento; por lo tanto, la biopsia no es necesaria para iniciar la terapia. Las situaciones en las que suele ser necesaria una biopsia incluyen los linfomas intestinales y cutáneos. El linfoma del tórax puede diagnosticarse a menudo mediante una aspiración con aguja que generalmente se realiza con la ayuda de una ecografía.

Evaluación de los sistemas corporales

La estadificación clínica implica la realización de un conjunto de pruebas diagnósticas para determinar dónde se encuentra el linfoma y si se ha extendido desde su ubicación inicial. Estas pruebas pueden incluir cualquiera de las siguientes: análisis de sangre de rutina, radiografías de tórax, ecografía abdominal y aspiración de médula ósea.

Tratamiento

El linfoma es una enfermedad que puede responder maravillosamente al tratamiento, pero para los pacientes veterinarios, no se cura. En la mayoría de los casos, la quimioterapia es el tratamiento recomendado. Sin tratamiento, la vida media de un perro con linfoma es muy corta, normalmente de 1 a 2 meses. Sin embargo, con el tratamiento, alrededor del 85% de los perros con afectación de los ganglios linfáticos entran en remisión hasta el punto de que el linfoma ya no puede detectarse en los ganglios linfáticos. Debido a que los perros toleran la quimioterapia mucho mejor que las personas, las dosis de medicación utilizadas son mucho más bajas que las utilizadas en las personas, lo que ayuda a garantizar que el oncólogo logre el objetivo de mantener una excelente calidad de vida para el paciente durante todo el tratamiento.

Hay muchos fármacos de quimioterapia que son eficaces en el tratamiento del linfoma. En la elección del protocolo influyen muchas cosas: factores específicos del paciente (edad, grado de enfermedad, problemas médicos concurrentes), coste, tipo de linfoma y facilidad de administración del tratamiento.

Los protocolos de quimioterapia combinada que utilizan más de un fármaco a la vez son los que más éxito tienen en la lucha contra el cáncer. El servicio de oncología de BluePearl utiliza habitualmente un protocolo de combinación de la Universidad de Wisconsin debido a su éxito duradero y ampliamente conocido. Este protocolo implica tratamientos semanales durante dos meses, y luego tratamientos cada dos semanas durante otros cuatro meses. Por supuesto, puede haber casos en los que el oncólogo seleccione un protocolo diferente.

También se pueden utilizar protocolos de quimioterapia que utilizan un solo fármaco, pero la duración media de la remisión suele ser más corta. La ventaja de un protocolo con un solo agente es que requiere menos visitas a la clínica y puede ser más asequible.

Para los propietarios que deciden no seguir la quimioterapia, la prednisona es un esteroide oral barato que puede lograr una remisión corta (1-2 meses) en algunos perros. Este fármaco tiene el potencial de hacer que los perros sean resistentes a la quimioterapia; en consecuencia, sólo debe iniciarse una vez que se haya tomado la decisión de no tratar con quimioterapia.

Coste

El coste del tratamiento viene determinado por el fármaco o fármacos de quimioterapia seleccionados y por cómo se administran.

Debido a la gran variedad de medicamentos disponibles para tratar el linfoma, durante su evaluación en BluePearl, el oncólogo mantendrá una amplia conversación con usted sobre su mascota y las opciones del protocolo. En ese momento, se le proporcionarán los costes estimados del tratamiento.

El objetivo del tratamiento es mantener la calidad de vida de su mascota, a la vez que se asegura de que tenga el mayor tiempo posible con ella.